Sonó la alarma de mi celular e interrumpió mi sueño abruptamente. Intenté solo apagarla para regresar con mi pareja a darle un cariñito, pero al ver la pantalla con todas sus notificaciones de WhatsApp, recordé los "250,000" pendientes que tenía para ese día. Mi ansiedad se disparó en segundos. Me sorprendió el cambio tan drástico: de la calma al caos en solo un instante.
Por un momento me detuve y recordé el consejo de un amigo científico que siempre me comparte su sabiduría:
“Lo que entra por tus ojos en los primeros minutos al despertar, puede definir no solo tu estado de ánimo, sino incluso la calidad del sueño que tendrás esa noche.”
Dejé el celular a un lado y me preparé un té. No obstante, llamó mi atención entender por qué, si los mensajes que debía responder no eran ni tan urgentes ni tan relevantes, mi reacción emocional fue tan fuerte. Busqué una respuesta y descubrí el impacto que tiene la luz en nuestros ritmos biológicos.
En 2017, tres científicos estadounidenses recibieron el Premio Nobel por descubrir la mecánica de nuestro reloj interno, el cual está situado en una pequeña estructura cerebral llamada núcleo supraquiasmático que regula el ciclo de 24 horas de nuestro cuerpo. Es del tamaño de un grano de arroz, pero está compuesto por unas 50,000 neuronas, lo que equivale a 5 “Auditorios Nacionales” llenos, las cuales son responsables de funciones clave como el sueño, el metabolismo y las hormonas.
Este reloj libera hormonas cruciales:
✅ Cortisol al amanecer para despertarnos
🌙 Melatonina por la noche para inducir el sueño
🍽 Hormona del hambre para preparar el sistema digestivo por la mañana.
Gracias a este maravilloso reloj biológico, nuestro cuerpo funciona de manera óptima en determinados momentos del día:
🧠 Nuestra mente está en su punto máximo para abordar tareas complejas a última hora de la mañana.
🏃♂️ Nuestras habilidades físicas alcanzan su rendimiento máximo por la tarde, por eso muchos atletas rompen récords mundiales en ciertos horarios específicos.
🔴 ¿El gran problema?
Hoy, la luz artificial —especialmente la luz azul de las pantallas— altera estos ritmos naturales. Esta luz nos llega a través de los ojos, los cuales envían señales al granito de arroz que gobierna nuestro reloj biológico.
📵 Si estamos expuestos a luz artificial por la noche, el cuerpo recibe una señal equivocada: cree que aún es de día, lo que afecta nuestro sueño y genera un desajuste en nuestros ritmos biológicos.
✨ ¿La solución?
🔹 Evita la luz artificial durante los primeros 30 minutos después de despertar. Notarás una mejora en tu estado de ánimo y en la calidad de tu sueño.
🔹 La noche es ideal para actividades relajantes como leer un libro, conversar o hacer el amor.
🔹 Si necesitas usar dispositivos electrónicos, usa lentes protectores contra la luz azul.
💡 Ajustar nuestras rutinas es el INGRIDiente secreto para trabajar en armonía con nuestros ciclos naturales, mejorar nuestro estado de ánimo y disfrutar de un sueño reparador.
Así que, si deseas potenciar tanto tu día como tu noche, elige darle un cariñito a tu pareja… en lugar de al celular.
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Gracias por acompañarme una vez más. 💜